Si estás pensando en cambiar la alimentación de tu perro a una dieta cruda como BARF, es normal que estés asustado. Es posible que te preocupe que tu delicado perrito pueda atragantarse con los huesos, que la carne cruda le siente mal, o que su dieta no esté bien equilibrada.
Y esas son preocupaciones muy válidas. De hecho, cualquier dueño que haya hecho esta transición, ha tenido las mismas dudas y miedos que tú. Pero una vez que el cambio está hecho, será el mejor regalo que puedas hacerle a tu perro.